Aunque la actual normativa marcada por el Real Decreto 1035/2013 solo obliga a encargar el certificado energético del inmueble para los supuestos de venta o alquiler del mismo, es interesante disponer del mismo en la mayor parte de las edificaciones. Pero la pregunta que se hace el profano en cuanto a certificaciones energéticas es: ¿Qué me aporta la certificación energética de mi vivienda?
La certificación energética no solo ha de aportar la calificación de la misma en cuanto a emisiones de CO2, sino que además incluye datos sobre el consumo de energía y lo que es muy interesante, ha de incluir necesariamente las medidas de mejora que permitirían con inversiones razonables obtener menores consumos de energía y, lógicamente, menores emisiones de gases. Desde CasaToc te ofrecemos algunos motivos para tener el certificado energético de tu vivienda.
Ahorro económico
Uno de los motivos para tener el certificado energético de tu vivienda es el ahorro económico. Es un hecho que una medida de mejora energética conduce a ahorros económicos, es decir si en su vivienda se produce un gasto anual de 2.200 € y tras la aplicación de alguna corrección se pasa a un consumo de 600 € estaremos obteniendo un ahorro anual de 1.600 €/año Pero ¿la inversión será muy elevada? En gran parte de las ocasiones (viviendas de 100 metros cuadrados) las inversiones no superan los 3.000 €, es decir que se recuperaría en menos de dos años cuando la vida útil de estas medidas es superior a los 15 años.
Una vivienda eficiente es más atractiva para el comprador
Para comprender que la inversión anterior contribuye a incrementar el valor del inmueble solo habría que analizar los datos anteriores. Si ahorramos 1.600 €/año y la inversión realizada está activa unos 15 años habremos ahorrado 24.000 € con una inversión de 3.000 €. Este ahorro futuro es un activo económico de la vivienda que se traduciría en un “mayor valor” de esta frente al valor de la misma si no se hubiera realizado la reforma para la mejora energética. Lógicamente, en un futuro próximo, este incremento de valor que se produce con unas instalaciones mas eficientes pasará a formar parte indisoluble del valor del inmueble y será percibido por los ciudadanos a la hora de decidirse por la compra o alquiler de una vivienda de mejores condiciones energéticas.
Evitar emisiones de gases de efecto invernadero muy nocivos para nuestra vida
Que la emisión de gases de efecto invernadero es nociva para el desarrollo de nuestra vida es algo que hoy no admite discusión. Estas emisiones perturban las condiciones de salubridad de nuestro entorno, especialmente en las grandes ciudades, con un incremento notable de las afecciones pulmonares, pero a medio plazo causan un deterioro de la atmósfera que es perceptible fundamentalmente en la disminución de la capa de ozono, lo que contribuirá inevitablemente a la aceleración del cambio climático.
Esta razón por si sola debería ser suficiente para tomar las decisiones que están en nuestra mano para minorar este impacto y esto aparece cuantificado en la calificación energética de nuestra vivienda en la que se calculan estas emisiones. Valga un dato, para una vivienda de unos 100 m2, en Madrid, las emisiones de CO2 estarían alrededor de 7.000 kg/año, es decir 7 toneladas al año por vivienda.
Poder incrementar la comodidad de nuestra vivienda gastando menos
La climatización ideal de nuestra vivienda depende tanto de las fugas de energía por paredes, ventanas, etc, como de la generación de la energía precisa para conseguir una situación de confort y ambos aspectos son muy importantes. Si las pérdidas son más altas necesitaremos mayor cantidad de energía para mantener la misma sensación térmica en el interior, pero además, durante la noche (en que lógicamente no se mantendrán en funcionamiento las instalaciones de climatización) las pérdidas serán importantes, la sensación por la mañana será más desapacible y se necesitara mayor consumo para restablecer condiciones de confortabilidad en el transcurso del día.
Si nuestra producción de energía es más cara (instalaciones anticuadas con escaso rendimiento) nos hará reducir su periodo de funcionamiento para mantener el consumo contenido con la consiguiente sensación de frío o calor según la estación. Lo ideal es buscar un equilibrio en cuanto a “comodidad y consumo” reduciendo fugas de energía e instalando máquinas eficientes. Hoy en día se pueden instalar a precios muy razonables, sistemas que permiten obtener en el entorno de 4Kwh por cada uno consumido y materiales aislantes que permiten reducir las pérdidas a menos de un 30%.
Transmitir a nuestro entorno la conciencia de contribuir a mejorar el ambiente
A medida que se vaya generalizando la conciencia energética entre la población española (hay que recordar que hemos sido prácticamente los últimos en llegar en la Unión Europea a la certificación energética) sobre las innegables ventajas que supone un certificado energético para tomar decisiones acertadas tanto en la línea del ahorro como en la del medio ambiente se ponderará socialmente a aquellos que han actuado para mejorar las condiciones de su inmueble y la puesta en conocimiento de su “mundo social” de estas circunstancias será evaluada muy positivamente por parte de la colectividad.
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