La comunidad de Aragón tiene pueblos para todos los gustos y es que, aquellos a los que les gustan las alturas pueden disfrutar de pueblos serranos que convivien a la perfección con la abrupta naturaleza. Por el contrario, los pueblos del llano y el valle ofrecen murallas, castillos e historia. Un contraste de estilos de vida, de urbanismo y de atractivo turístico.
Hoy, en CasaToc, descubrimos los mejores pueblos de Aragón.
Albarracín, Teruel
Albarracín es un pueblo encantador y de ensueño. Se encuentra levantado en la falda de una montaña con una defensa capaz de atemoriza a cualquier conquistador. Sin embargo, su interior es pura belleza, con unas plazas y callejuelas de otro tiempo y algún que otro monumento que por sí solo valdría una visita como la catedral del Salvador, el Palacio Episcopal anexo al castillo, antiguo alcázar.
Daroca, Zaragoza
Más de 4 kilómetros de murallas perfectamente conservadas. Cruzando la Puerta Baja se accede a una villa que esconde muchos tesoros. Uno de estos es su gran colección de arte gótico que se puede encontrar en lugares como en la ventana de la casa del Diablo o en la capilla de los Corporales, en la Colegiata o en ábside de la iglesia de San Miguel. El viaje al pasado está garantizado en sus calles, aunque quizás el barrio de la judería sea el más sorprendente. Y luego, cómo no, está la ruta de las murallas, que prácticamente rodea Dacora entre ruinas de castillos y torres que soportan estoicas el paso de los siglos.
Loarre, Huesca
Pueblo que descansa a los pies de uno de los mejores castillos de Europa. Posee construcciones de piedra como la Ermita de Santa Águeda, la renacentista Hospedería o la fuente de los tres caños del siglo XVI.
Ansó, Huesca
Ansó se encuentra en el pirineo puro y duro. Es un homenaje hecho pueblo a las construcciones de montaña, a las casas grises y bonachonas. Merece la pena intentar colarse por las arteas, unos estrechos pasillos que separan a algunas casas y que son típicos y únicos de este lugar. Destaca la Iglesia Parroquial de San Pedro, el Torreón Medieval o el Ayuntamiento.
Benasque, Huesca
Benasque no es solo el centro de un valle que atrae por sus actividades deportivas y su naturaleza. Entre paisajes navideños y tejados de pizarra sobresale la importancia de los Condes de Ribagorza, que situaron aquí la capital de su condado. Así que al conjunto prototípico de restaurantes de montaña y casas rurales con chimenea hay que añadirle construcciones civiles muy destacables como la Casa de Los Condes, la Casa Faure, la Casa Juste o la Torre de los Infanzones.
Aínsa, Huesca
Aínsa es otro pueblo homenaje a la piedra e infinitas posibilidades constructivas. Empezando por su castillo, en el que destaca la Torre del Tenente, uno de los pocos ejemplos de torre de planta pentagonal y que dentro guarda un ecomuseo. A sus pies nacen y mueren calles que combinan el gusto por la arquitectura pirenaica pero con las dimensiones propias de un llano. Con una encantadora Plaza Mayor así como la Iglesia de Santa María, en la que destaca también su torre.
Valderrobles, Teruel
Desde que se cruza el río Matarraña y se vislumbra el portal de Santa Roc y el castillo, se llega a una conlusión: es, sencillamente, espectacular. Su atractivo no es solo conservar intacta su arquitectura populara, con empinadas calles adornadas con flores y balcones. También está en los monumentos que se recorren en este éxtasis rural. Sobre todo, el castillo-palacio y la Iglesia de Santa María la Mayor.
Alquézar, Huesca
Alquézar se alza sobre la arista de una montaña. Un pueblo con unas vistas impresionantes. En cada balcón por el que el visitante se puede asomar se encuentra con una panorámica sobrecogedora de edificios abigarrados y colocados con delicadeza encima de cada piedra. Presume de la Colegiata-Castillo de Santa María, un edificio que presume de lo mejor de la arquitectura militar y religiosa.
Calaceite, Teruel
Con su núcleo urbano completamente empedrado y su relación infinitas de casas solariegas y templos cristianos, Calaceite es, sobre todo, un paseo entre arcos y soportales, descubriendo rincones como la Plaza de España o los portales-capillas, viejas puertas medievales reutilizadas para la causa evangelizadora. La Plaza de las Aristas es un reconocimiento contemporáneo a los numerosos intelectuales como Juan Cabré, un famoso arqueólogo, nacido aquí.
Sallent de Gállego, Huesca
Típico pueblo del Pirineo Aragonés. Posee una bellísima iglesia gótica del s. XVI. Es digno de visitar el puente y la plaza, con un triple arco románico.
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