¿Verdad que el agua tiene algo fascinante? Dicen que venimos de ella, así que nos es de extrañar que ejerza una atracción muy poderosa sobre nosotros.
Los que tienen la suerte de tener una casa con vistas al mar seguramente tengan ya el cupo cubierto, pero el común de los seres humanos, que suele vivir en casas con vistas al campo los más afortunados y a otros edificios los menos, suelen echar de menos algo de agua en sus casas. Así que para paliar esa carencia alguien tuvo la genial idea de inventar los acuarios domésticos.
Los primeros acuarios modernos surgieron en el siglo XVIII. Se construyeron pequeños recipientes sellados con algo de agua en su interior que permitían coleccionar animales y fundamentalmente plantas, y de ahí fueron evolucionando hasta la actualidad, donde las posibilidades se multiplican, permitiendo además diseñarlos a medida o integrarlos en algún mueble.
Un acuario, no obstante es una instalación compleja y planificada. Se necesita un estudio correcto de su ubicación más adecuada, una previsión del contenido que van a albergar (tipo de agua, de peces, de rocas, corales, etc.) así como un análisis de instalaciones, mecanismos y sistemas automáticos para mantener la temperatura y oxigenación, la limpieza del agua, etc.
Y aún así, con toda la automatización posible, los acuarios necesitan cuidados manuales adicionales, como el cambio del agua, la sustitución de filtros o la aportación de nutrientes para los peces, ya que los acuarios son ecosistemas vivos.
No obstante, y aunque tenga todos estos obstáculos de coste y mantenimiento, los acuarios modernos resultan tan agradables y decorativos que bien merece la pena tener uno en casa. Aportan vida (en el más amplio sentido de la palabra), además de color, dinamismo y movimiento, y transmiten una sensación de paz y tranquilidad que resulta idóneo para relajar tensiones.
Además, opciones hay para todos los gustos: si tienes poco presupuesto, unos pequeños acuarios para alojar uno o dos pececillos son suficientes para darle alegría a un salón. Si tu bolsillo en cambio es más holgado, puedes integrarlo sobre un mueble o una bañera (haciendo de separador de espacios, detrás del sofá, sobre o bajo la cocina de la encimera de la cocina o simplemente incrustado en la pared como si fuera un cuadro).
Sea cual sea la opción, el acuario se lleva el foco de todas las miradas, por lo que es importante no sobrecargar el resto de la decoración. Por eso es ideal para ambientes minimalistas y contemporáneos, a los que aporta color y vida. Y un tip decorativo: si quieres tener un acuario realmente impactante, construye uno específico para medusas. Resultan sencillamente espectaculares.