Durante la primavera nuestras plantas comienzan a despertar después de un periodo de reposo correspondiente a la época de invierno, donde muchas pierden sus hojas, flores y además su crecimiento es imperceptible, pero a partir de este momento comienza toda su actividad y el trabajo en nuestro jardín.
Existen algunos factores que afectan a las plantas y que hay que considerar antes de comprarlas son:
– Suelo: es muy importante conocer su composición además de su pH, el cual nos da la medida de la alcalinidad y acidez de los mismos. Por ejemplo, la planta de gardenia que crece perfectamente en suelos ácidos no tolera suelos alcalinos pues surgirán problemas de deficiencias nutricionales y afectaciones por insectos.
– Exposición a la luz: Esto depende de las necesidades de cada planta, ya sea necesite recibir pleno sol o bien necesite estar en la sombra.
– Riesgos: Hay que considerar la tolerancia a la sequía de cada planta. Esto también induce a que planta sea afectada por hongos y en muchos ocasiones estos le causen la muerte.
– Limpia tu planta: Retira todas aquellas plantas que se secaron, producto de las temperaturas bajas, las cuales no pudieron tolerar.
– Poda tu planta: Una vez terminado el invierno dales mantenimiento a tus plantas podándolas. Eso sí, nunca podes drásticamente, también nunca lo hagas si la planta se encuentra en su época de floración o fruto. Espera la terminación de su floración o la recogida del último fruto.
– Al sembrar: Cuando siembres nuevas plantas en tu jardín, ya sean árboles frutales, palmas o plantas ornamentales considera abrir un hueco con la profundidad de la maceta y dos o tres veces el ancho de la misma, debido a que la tierra tiene que quedar al mismo nivel en el tallo como se encontraba en la maceta. No adiciones tierra ni fertilizante; sólo riega todos los días por las dos primeras semanas y a la tercera semana escoge días alternos para ir alargando el riego hasta que quede como lo requiere la planta.
– Prepara la tierra: Coloca cobertura de virutas de madera sobre la tierra en toda el área que abarca la sombra de la planta, nunca pegada a los tallos o tronco. Esta cobertura brinda grandes beneficios en el verano pues mantiene las raíces frescas y en el invierno tibias. Además ayuda a retener la humedad en el suelo y controla la mala hierba y evita la erosión del suelo.
– La hora de fertilizar: El momento de comenzar a fertilizar las plantas con lenta liberación de nutrientes sería de marzo a octubre, cada dos meses, con excepciones de aquellas plantas que tengan un programa de fertilización específico. Después de sembrada una planta no la fertilices hasta pasado dos meses.
– Diseña áreas: En época de primavera tenemos muchas plantas de flores con diferentes colores. Si las vas a sembrar en tu jardín diseña un área para sembrarlas y de esta forma cuando pase la temporada puedes removerlas y sustituirlas por las de la próxima temporada.
De no tener espacio disfruta de preparar bellas macetas, las cuales te darán elegancia a tu terraza o a la entrada de tu casa.
– Fuera hierba mala: Identifícalas y aplica el herbicida adecuado. Esto varía dependiendo del lugar y el tipo de hierba, pero debes considerar los siguientes factores: la frecuencia en la fertilización, el coste, el riesgo e insectos que la afectan en la época de verano.