Buscar una casa para vivir no es una tarea sencilla. Cuando se toma la decisión de convertirse en propietario surgen multitud de dilemas. Entre estas disyuntivas, se plantea la pregunta ¿vivienda nueva o usada? Las dos opciones tienen sus ventajas y desventajas. Los puntos fuertes de una son los débiles de la otra y la elección depende de las circunstancias personales y económicas de cada comprador. Se trata de un paso a dar valorando múltiples pros y contras.
Los entendidos aconsejan establecer un orden de prioridades antes de decantarse por nueva o usada. Si el presupuesto es más modesto, la segunda mano toma la delantera; si se quiere una casa impoluta con extras añadidos, la obra nueva gana; si se desea una localización céntrica, la vivienda usada ofrece un mayor mostrador; si se busca la eficiencia, los pisos a estrenar no tienen competencia, etc.
Lo cierto es que hoy la vivienda usada ha tomado la delantera entre los compradores. Según las estadísticas, casi nueve de cada diez casas que se compran son de segunda mano. Un dato que, en todo caso, hay que matizar, como advierten los expertos. Estos recalcan que dicho porcentaje estaría contaminado por la comercialización de los bancos. Muchas de sus ventas se cuentan como usadas cuando realmente se trata de casas nuevas. También el desplome de la promoción residencial, que ha mitigado esta oferta, ha podido empujar al comprador a la usada.
Atractivos de la usada
– Precio más asequible: el precio es la principal variable al comprar una casa. En este apartado, la vivienda usada juega con gran ventaja al estar, por lo general, más barata. Según los notarios, el coste medio del metro cuadrado de la obra nueva se sitúa en 1.493 euros, mientras que en segunda mano el valor asciende a 1.229.
– Mejor localización: Ubicación, ubicación y ubicación. Los expertos no se cansan de repetir esta máxima como la más relevante al adquirir una vivienda, siendo las zonas céntricas de las grandes ciudades las más valoradas. El segmento de la segunda mano se alza en estas demarcaciones como la principal oferta del mercado.
– Menor presión fiscal y menos gastos: Mientras que al adquirir una casa usada se paga el ITP, que va del 6% al 8% según la comunidad autónoma, el comprador de un piso nuevo abona el IVA del 10%. Además, el recibo de la comunidad de un piso usado suele ser, normalmente, más bajo al no tener ostentosas zonas comunes.
– Acceso inmediato: La compra de una vivienda usada permite acceder a ella desde el primer día que se adquiere, siempre que el inmueble esté en un estado aceptable. Este rápido accedo produce la satisfacción inmediata de convertirse en propietario o, si se vive en régimen de alquiler, un interesante ahorro económico.
Atractivos de la nueva
– Excelente calidad: el escaparate de viviendas a estrenar destaca por una excelente calidad. Los materiales e instalaciones encarnan los últimos avances del sector y el inmueble no conllevará actuaciones de conservación en años. A esto hay que añadir el factor psicológico, un espacio que por primera vez se convertirá en un hogar.
– Prestaciones extras: los pisos nuevos son mucho más que viviendas en sí. Suelen ubicarse en urbanizaciones con todo tipo de zonas comunes a modo de pequeñas ciudades. Piscinas, áreas deportivas, gimnasio, jardines, etc. conforman un amplio abanico de extras añadidos que acompañan a una casa a estrenar.
– Eficiencia energética: los nuevos edificios residenciales evolucionan hacia la alta eficiencia (bajo consumo energético y reducción de la contaminación). Esta realidad se traduce en un gran ahorro económico en energía, de hasta el 80% con respecto a otra casa de similares características y en una misma zona.
– Tipología a medida: La obra nueva ofrece viviendas más atractivas y con unas características adaptadas a los nuevos tiempos. Entre estas cualidades, destacarían, por ejemplo, los dormitorios tipo «suite» y los grandes armarios empotrados. Incluso en algunos proyectos se da la posibilidad de acceder a pisos a la carta.
Al margen de estos condicionantes, el demandante siempre tiene ante sí, en mayor o menor medida, un doble mostrador: obra nueva y obra usada. Dejando de lado al precio, la decisión depende de factores como la situación, quizá el más determinante, y el estilo de vida del comprador. Justamente, estos puntos son los que marcan las distancias entre vivienda nueva y usada. Mientras que los pisos a estrenar suelen estar en la periferia y contar con zonas comunes, un amplio porcentaje de usados están en áreas más consolidadas o céntricas y con más servicios.
La lista de ventajas y desventajas comprando vivienda nueva o usada resulta casi interminable. Desde CasaToc aconsejamos realizar un cuadro con pros y contras, así como una simulación del gasto anual de la vivienda.